miércoles, 19 de junio de 2013

Vamos mejorando

Hola chocolates,

estoy en casa de nuevo, he pasado un buen fin de semana, la verdad que ha sido muy agradable ver de nuevo la playa, no me esperaba tantísima gente tomando el sol.

Llegamos el viernes, por la tarde noche y vimos a algunos amigos que también pasan fines de semana por allí, cenamos y cerca de las doce bajamos a pasear por la playa, yo que soy tan friolera baje con chanclas de veranit
o y no lo pase nada mal, al contrario, sentí una sensación de libertad jaja.

Resulta algo tonto sentirse libre por pasear con chanclas a las doce de la noche al lado de la playa no? Pero llevo tanto tiempo deseando quitarme ropa de encima, chaquetas, botas...

Otra cosa que me hizo sentir muy bien fue la llamada que le hice a el, mira que he estado días con el estomago encogido por bastantes cosas que me han pasado, pero esa llamada fue como algo mágico, preferí olvidar todo lo malo y mostrarme de lo mas natural y agradable, el estaba algo malito, una de sus alergias pero también estaba muy agradable, se alegro por mi de que estuviera tan a gusto paseando y me contó que estaría el fin de semana cocinando y alguna cosita mas.

Cuando dejamos de hablar, colgué el teléfono y se me ilumino la cara, salió una sonrisa en mi cara que hacia tiempo que no salía, fui a buscar a mis padres que iban por el paseo y hasta se dieron cuenta, mis caras me delatan, se dieron cuenta de que me sentía bien de verdad.

Al día siguiente madrugue mucho, que milagro!!, soy tan dormilona que ni me lo creo, yo despierta desayunando a las ocho de la mañana en el balcón y viendo la playa, la gente bañándose, tomando el sol, eso para mi es extraño, mi hora de levantarme suele ser las doce, ufff, hasta da vergüenza decirlo.

Sobre las once y media salí a dar otro paseo con mi madre y mi tía y nos paramos a tomar algo, ellas un granizado de menta y yo un café con leche de nuevo, mi estomago lo necesitaba.

Ya después comimos con amigos, hablamos, reímos y por la tarde no me quedo otra que dormirme un buena siesta, ese madrugon se notaba jiji.

A día siguiente me fui yo solita de paseo, un largo paseo, se agradece de tanto en tanto irte sola y perderte, tomarte un buen batido de fresa, que rico mmm..., seguir ese paseo y acercarte al agua, ver los barquitos, sentir el sol, esa brisa, empezar a coger algo de colorcito, todo es genial.

Llegue a mi casa el domingo sobre las nueve de la noche y rápidamente hice otra llamada, necesitaba volver a saber de el y también fue todo muy positivo.

Besitos dulces




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